viernes, 3 de junio de 2022

SALTA Y SU ARQUITECTURA

Miren los dos videos acerca de la historia de  Salta. Para facilitar la búsqueda pueden ingresar  al siguiente link:

https://www.youtube.com/watch?v=zdQsyYNPPaI&t=82s
https://www.youtube.com/watch?v=LYsrApSrqfA
1)     Luego de  ver los video: Elijan un edificio y destaquen su historia, características arquitectónicas,  objetivo por el cual fue creado, función actual.  
2) Elaboren un croqui del micro-centro ubicando los diferentes patrimonios arquitectónicos observados destacando el que ustedes eligieron.
3)Busquen dos imágenes una actual y una antigua del edificio seleccionado.
PRESENTAR EN CLASES LA PRODUCCION GRUPAL 
 

sábado, 29 de mayo de 2021

Güemes y la Guerra Gaucha


Hola chicos comparto unos videos del Canal Encuentro en donde explican la participación del Gral Martín Miguel de Güemes en la guerra por la Independencia.  Son cuatro videos en donde se ilustra muy bien la figura del General, sus gauchos y la sociedad salteña que apoyo incondicionalmente  a la causa.


EL ROL DE LAS MUJERES EN LA GUERRA GAUCHA

 

El rol de las mujeres de la guerra gaucha

El general Martín Miguel de Güemes, guerrero de la Independencia y servidor de la patria, contó con la ayuda y el respaldo de mujeres que protagonizaron grandes hazañas. "Muchas mujeres de las Provincias Unidas y del Río de la Plata, tuvieron una activa participación en la lucha por la independencia, en los albores de la patria, especialmente las de Salta, Jujuy y Tucumán, que estaban en medio de la guerra entre el Alto Perú y Buenos Aires", manifestó Eufracina Torres, vicepresidenta del fortín Martina Silva de Gurruchaga, integrado por 100 mujeres salteñas.

Las damas patriotas que tuvieron roles fundamentales en la guerra de la Independencia, fueron María Magdalena (Macacha) Güemes de Tejada, Margarita del Carmen Puch de Güemes, Martina Silva de Gurruchaga, Magdalena de Goyechea y la Corte Güemes, Juana Azurduy, María Loreto Sánchez Peón de Frías, Juana Moro Díaz de López, Josefa de la Corte Arias, Candelaria Pacheco de Melo y Gertudris Medeiros, entre otras.

Hubo mujeres que combatieron en la guerra de la Independencia pero también muchas otras que se quedaron en sus hogares y en las haciendas, cuidando a sus hijos mientras sus esposos estaban en la guerra. "Ellas llevaban adelante múltiples tareas. Todas fueron audaces guerrilleras que querían defender nuestro suelo. Actualmente también hay mujeres audaces", sostuvo.

María Loreto Sánchez es un ícono del espionaje. En 1817 el ejército realista avanzaba hacia el sur. Loreto lo supo por confidencia del oficial con el que bailaba y dio aviso a los patriotas, impidiendo la expedición.

Resultado de imagen para carmen puch de guemesCarmen Puch de Güemes

"Ellas llevaban a los enemigos a las zona de combate. Podían penetrar por ejemplo en el bando contrario ya que se disfrazaban de vendedoras de pan y dulces. De esa forma se infiltraban en el ejército enemigo para luego regresar con información de guerra. También eran mensajeras y llevaban comunicados", describió Torres.

Juana Azurduy, fusil en mano, intervino en las guerrillas. Combatió junto a Güemes con varias mujeres más. Cuatro de sus hijos murieron, víctimas de enfermedades o acosados por el hambre. Levantó la cabeza hundida en la tragedia y deslumbró a Güemes por su bravura. Fue enterrada en una fosa común y sin los honores que merecía.

Juana Moro y Martina Silva de Gurruchaga, formaron una tropa en Cerrillos, la capitanearon y se presentaban los campos de batalla. "Martina Silva formó su propio pelotón de gauchos, a quienes vistió con dinero de su peculio, para salir luego al frente en víspera de la Batalla del 20 de febrero de 1813. Nosotros llevamos en alto el nombre de nuestra capitana y banderas en su honor", explicó Torres.

El fortín de mujeres “azulinas”

El fortín Martina Silva de Gurruchaga fue fundado el 5 de junio de 1993 por Teresita Espíndola. Está integrado por 100 mujeres comprometidas con el patriotismo que difunden el rol protagónico de la mujer en la gesta güemesiana. Su lema es “Dios, patria y tradición”.
Visten trajes azules en homenaje a su capitana Silva de Gurruchaga, ya que cuando ella había formado su ejército uniformó a sus guerreros con trajes azules. “Nos llaman las azulinas. Vestir el traje de gaucha es un acto de amor por la cultura y tradición”, señalaron. 

Las mujeres valientes

Carmen Puch no empuñó un arma, pero murió sosteniendo el amor por Güemes, cuya lucha siempre comprendió. Ella estaba al cuidado de sus hijos y siempre permaneció al frente de su hogar. 
En tanto, María Magdalena (Macacha) Güemes de Tejada fue la hermana del general Güemes, de cuya acción en pro de la independencia fue asesora, colaboradora y consejera. Ella jugó un papel importante en el Pacto de los Cerrillos, firmado con el general Rondeau. 
Pese a sus roles protagónicos y esenciales, las mujeres fueron muchas veces ignoradas o puestas entre paréntesis en la historia. Sus intervenciones merecen libros, capítulos y párrafos que las devuelvan a la memoria colectiva, para retribuirles sus hazañas en favor de la Independencia. 
“Nosotras tratamos de revalorizar el rol protagónico de las grandes mujeres que participaron en la gesta güemesiana. Creemos que es justo que ellas sean conocidas por su obra y accionar en nuestra historia. Tratamos de rendirle homenaje en cada acto patrio, actividad cultural y en las charlas que realizamos en instituciones”, destacaron desde el fortín.

https://www.eltribuno.com/salta/nota/2018-6-17-0-0-0-piden-reivindicar-el-rol-de-las-mujeres-que-participaron-de-la-guerra-gaucha


lunes, 4 de marzo de 2019

las mujeres de la Revolución

Las Mujeres de la Independencia
Resumen de un escrito de Bernardo Frías

En 1813 el Brigadier Joaquín de La Pezuela, con todas sus fuerzas en Salta y su cuartel general en Jujuy, se encontraba como clavado y sujeto en aquellas dos plazas sin poder dar paso, ni tener descanso sus fatigas, ni poseer medios y recursos para nutrir sus hombres que iban acabándose en un diario reñir con el hambre, en efecto, comenzaba a hacerse sentir de modo alarmante, y a desconsolar a su gente, las enfermedades mermaban sus tropas y el pánico que hora por hora iba apoderándose de ellas con esta guerra extraordinaria y nunca vista que se les hacían.
Empeoró más la situación de Pezuela, el hecho que las mujeres, las cuales tenían a sus familiares sirviendo en el ejército patriota, se convirtieran en espías constantes. Con un sistema organizado de información interior y de comunicación con los sitiadores de la plaza. Las principales de ellas se habían quedado deliberadamente en la ciudad, desafiando todos los peligros y todas las penalidades que eran propias de una ciudad sitiada, a fin de practicar el espionaje en el mismo cuartel enemigo.
 Este arriesgado oficio que era la ruina y destrucción de Pezuela, se realizó con un fanatismo extraordinario y sorprendente.
Contábanse estas mujeres en todos los rangos sociales; hallándose en la intriga desde la negra esclava hasta la matrona de mas alcurnia. Hacían parte del grupo principal doña Juana Moro de López; doña Celedonia Pacheco y Melo, mujer hermosa, y notable á la vez por sus enormes y largas orejas; doña Magdalena Güemes; doña María Sanchez Loreto Peón; doña Juana Torino, doña María Petrona Arias, joven muy de a caballo, a quien llamaban la China, quien se encargaba de llevar correspondencia secreta; doña Martina Silva de Gurruchaga; y doña Andrea Zenarrusa, mujer de Uriondo al mismo tiempo que ésta, figuraba doña Toribia la Linda, llamada así por su espléndida belleza.
Estas señoras, que constituían lo descollante en el grupo de las patriotas exaltadas, corriendo con ellas estaba un abundante número de las mujeres de la plebe que se habían constituido en espías puntuales y vigilantes "para trasmitir -decía el mismo Pezuela -las ocurrencias más diminutas del ejército real para atizar la anarquía”.
No había reunión, ni visita, ni parte emanado del ejercito, o con las familias realistas de su confianza y amistad donde no se infiltrara su espíritu minador y atrevido, tratando de robar los secretos y dar las alarmas necesarias, llegando al extremo de entrar en pendencia de amores, aunque con la discreción necesaria si eran gente de calidad, para seducir oficiales; y si lo eran de la plebe, para hacer desertar soldados realistas.
Fue resultado de todo esto que se adueñaran de los planes y acuerdos del enemigo, estaban al tanto de lo que pensaba hasta en su lecho el general. Así sus avisos partían sobre verdad sabida y averiguada.
Sospechada fue doña Juana Moro de espionaje. No se le hallaron pruebas y jactábase ella, después de la guerra, por la habilidad que supo emplear en todas las invasiones que ocurrieron de no haber sido jamás descubierta.
En una oportunidad, sin embargo, los españoles con sospechas vehementes de su conducta, determinaron incomunicarla, mas de tal manera, que le fuera con ello la vida: emparedándonla en su propia casa, cerrándole con muralla la puerta de salida, á fin de que así quedara más segura y pereciera de hambre. La familia colindante, dolida de su suerte, horadó la pared medianera, favoreció por allí sus necesidades y le salvó la vida.
Otras ocasiones hubo así en esta época, como luego en las invasiones subsiguientes, en que bajo el disfraz de gaucho joven e inocente, penetraba en las plazas de Jujuy y Orán, ocupadas por el enemigo, llevando partes y trayendo nuevas.
Muchas veces estas mujeres solían dar esperanzas amorosas mostrándose coquetas, pero mostrando sus dotes distinguidos para no pasar de los límites permitidos. Con estas artimañas sabían arrancar cuanto secreto militar guardaban los españoles en la plaza.
Cosa igual practicaba doña María Loreto Sánchez Peón de Frías. Era también esta señora de las que corrían de Salta a Jujuy, y de Jujuy a Orán, empleando para ello los mil recursos de su vivísimo ingenio, y llevando ocultos los papeles de comunicaciones en el ruedo de su pollera. En Salta, vio que era de necesidad una comunicación casi diaria de las ocurrencias de la plaza: y para que resultase fácil y más segura, se ideó establecer una estafeta ingeniosa. Fue el caso que, de acuerdo con los sitiadores, en el tronco de un árbol corpulento que crecía en la ribera del río de Arias en las afueras de la ciudad, se abrió un espacio lo suficiente como para introducir la mano en la cavidad, á manera de buzón, la cual quedaba invisible cubierta con la tapa que se le formó con la misma corteza. Era costumbre por entonces enviar las criadas al río para el lavado de la ropa o para conducir el agua para el servicio doméstico. Pues estas criadas, fieles con amor a sus señoras y entusiastas patriotas, conducían con la ropa los papeles de la correspondencia, los cuales eran echados en e1 árbol sin ser vistas. El jefe patriota Burela, que tenía su gancho instruído en el secreto, recogíalos con idéntica solicitud, y colocaba allí los de su lado para sus averiguaciones. que las mismas criadas introducían luego a la ciudad.

Doña María Loreto Sánchez Peón de Frías
Ocurrió en una oportunidad que era necesario conocer el número de tropas con que contaba el enemigo en Jujuy. Entonces, una mujer de talla elevada, de formas finas, de cabello castaño y ojos azules, de un cutis blanco apagado, vestida con traje de gente humilde y menesterosa aparecía por las calles de Jujuy, haciendo de viandera. Llevaba sentada sobre la cabeza un gran cesta cargada de pan, fabricación de sus propias manos. Con ella penetraba holgadamente a los cuarteles del rey, buscando siempre de hacerlo a plena vista, y sufriendo con risa y buen humor las chanzas y las insolencias de la soldadesca. Esa mujer era doña Loreto Peón, que iba  tomar cuenta y razón de las fuerzas de Pezuela o de La Serna. No siendo diestra en contar, y para no ser interrumpida, llevaba en el bolsillo de la pollera porción conveniente de maíz que tal era el sistema de contabilidad que usaban por entonces las mujeres y dos bolsitas vacías y colgadas en la cintura. Sentada allí con su pan en el patio del cuartel, iba hechando un maíz a la bolsa derecha a los que cantaban presente y en la izquierda a los ausentes. Lograba de esta manera saber el número exacto de enemigos existentes en aquella plaza como así también los que caían o desertaban; operación que repetía cada vez que llegaban refuerzos del Perú, comunicando luego el resultado al jefe patriota de Salta.
Su pasión por la patria queda con todo esto pintada en la historia como una de las mujeres mas audaces y valientes. Llegó a vivir hasta los ciento cinco años de edad, y hasta sus últimos días aun se prendía en el peinado, totalmente blanco, los moños celestes de la patria, fue de este modo como ella, la última que ostentara aquellos distintivos de guerra que caracterizaron por largos años la pasión política en Salta, mereciendo que algunos de sus conciudadanos le dieran el nombre de madre de la patria.
FUENTE: portaldesalta.gov.ar

ACTA FUNDACIONAL


ACTA DE FUNDACIÓN DE LA CIUDAD DE SALTA
ABRIL 16 DE 1582
En este valle de Salta a los 16 días del mes de Abril de 1582, estando su Señoría el Ilustre Señor Licenciado Hernando de Lerma, Gobernador y Justicia Mayor de estas Provincias de Tucumán y sus dependencias, habiendo venido a este asiento para poblar en nombre de S. M. una Ciudad, y estando Su Señoría el Señor Gobernador en el dicho Asiento, en presencia de todo su campo, capitanes y soldados, dijo: que por cuanto es notorio en esta Gobernación y Provincias del Tucumán, Su Señoría el Señor Gobernador ha venido a éste dicho valle y asiento con campo formado y gente de guerra, a la conquista de los naturales de este valle de Salta, Jujuy, Calchaquí, Pulares, Cochinoca, Omahuaca é todos los demás circunvecinos e Comarcanos, que son de guerra e revelados contra el servicio de S. M.; é para poblar en su real nombre una ciudad e pueblo de Españoles, para que su real corona vaya en acresentamiento, y los dichos naturales vivan en política e tengan doctrina e reconocimiento de la palabra del Santo Evangelio, e cosas de nuestra santa fe católica, e reciban el Sacramento del Santo Bautismo; e cesen los robos, muertes e daños que hasta ahora han hecho e cometido impidiendo los pasos de caminos é otros muchos inconvenientes de notable daño e perjuicios para esta Gobernación: especialmente por estar los caminos de guerra, para dar aviso a S. M. y a sus reales audiencias del Estado de esta tierra; es necesario armada y junta de gente; así mismo para que vaya en escolta y guarda de las mercaderías de tierra que salen al Perú, que es de mucha carga y molestia para los vecinos de estas provincias que acostumbran salir y salen con ellas 30 y 40 leguas para asegurar los pasos, además de la perdición de los naturales que están de paz e servidumbre, que van así mismo para su despacho y aviamiento, que no vuelven a su natural, por cuya causa é haberse quedado mucha cantidad de ellos en las provincias del Perú, ha venido é cada día viene esta gobernación en gran disminución. Y finalmente no se puede tratar ni contratar libremente de estas provincias con las del Perú y todo cesa y para, con esta población. Y habiendo S. S. el Señor Gobernador llegado a este dicho valle é visto curiosamente con sus Capitanes e vecinos e soldados de estas Provincias que trae en su compañía e debajo de su bandera, que seria el lugar e parte más cómoda e conveniente e mejor asiento de este dicho valle para poblar la dicha ciudad; ha parecido a todos los que en compañía de S. S. le vieron e pasearon unánimes e conformes, ser este en donde al presente S. S. el Sr. Gobernador está e todo su campo, el sitio más cómodo e conveniente e mejor asiento para asentar e poblar esta dicha ciudad; así por la mucha abundancia de tierras fértiles para estancias e sementeras, pastos, viñas e huertas de recreo que parece tener, como por estar entre dos ríos, el uno llamado de los Sauces y el otro de Ciancas, y prometer otras muchas buenas esperanzas. Por tanto, su señoría el dicho Sr. Gobernador, conformándose con el dicho parecer mandó hacer e se hizo un hoyo en este dicho asiento, donde cerca de él estaba un palo puesto y dijo: Que en nombre de la Santísima Trinidad, Padre, Hijo y Espíritu Santo, tres personas distintas y un solo Dios verdadero, e de la gloriosísima Virgen su vendita Madre, e del Apóstol Santiago, luz y espejo de las Españas y en nombre de S. M. el Sr. Rey Felipe II como su Gobernador e capitán General justicia Mayor de estas dichas provincias del Tucumán; como leal criado y vasallo suyo é por virtud de sus reales poderes e instrucciones mandaba e mandó, poner e se puso el dicho palo, por Picota en el dicho hoyo que así está hecho e acostumbrado hacer en las demás ciudades de estas Provincias, Reinos e Señoríos de S. M. en su real nombre, con .mero e misto imperio y entera jurisdicción. Donde dijo: que señalaba e señaló que fuese la Plaza Pública de esta dicha Ciudad, y el medio de la cuadra de dicha Plaza, y que de hoy en adelante para siempre jamás se nombre e llame esta dicha ciudad, la ciudad de Lerma en el Valle de Salta Provincia del Tucumán, e que así se ponga en todos los autos y escrituras que se ofrecieren; y el campo entre los dos ríos dichos se nombre el CAMPO DE TABLADA: e que en dicho Rollo o Picota se ejecute justicia públicamente contra los delincuentes y malhechores; e ninguna persona sea osada de lo quitar, mudar ni remover del dicho lugar, bajo las penas en derecho, pracmáticas e leyes del Reino establecidas contra los que lo contrario hicieren. E mandaba e mandó sea el nombre e advocación de la Iglesia Mayor de esta Ciudad, cuyo sitio quedaba señalado en la traza de ella la Resurrección, por cuanto hoy dicho día, segundo de Pascua de Resurrección se ha fundado y establecido esta dicha Ciudad. Y estando S.S. el Sr. Gobernador en este dicho acto, hecho mano a su espada, y haciendo las ceremonias acostumbradas, dio tajos y reveses y dijo en voz alta: si había alguna persona que contradijese el dicho asiento e fundación ? E no hubo contradicción. Todo lo cual dicho era por mandato de su Señoría el Sr. Gobernador se leyó e pregonó en alta e inteligible voz por Rodrigo de Carmona, Pregonero- Y en señal de posesión, en nombre de S. M. se dispararon arcabuces, e tocaron trompetas, tambores e cajas. Siendo testigos que se hallaron presentes el Reverendísimo Señor Obispo D. Fray Francisco de la Victoria de estas Provincias, é Don Francisco de Salcedo, Deán de la Catedral de Santiago del Estero, de estas Provincias, e Don Pedro Pedrero de Trero, chantre de dicha Santa Iglesia, e Fray Nicolás Gómez, Comendador de la Orden de Nuestra Señora de las Mercedes, de estas Provincias, é Fray Bartolomé de la Cruz, de la Orden de San Francisco, e los Capitanes Lorenzo Rodríguez, Bartolomé Valere, Juan Pérez Moreno, Alonso Abal, Juan Rodríguez Pinoco, Gerónimo García de la Jarra, e otros vecinos, soldados e caballeros que presentes se hallaron en esta Gobernación. Y como así pasó su Señoría el Sr. Gobernador pidió testimonio a mí el presente Escribano para informar a S. M. e a su Virrey del Perú e Reales Audiencias, y firmó de su nombre- El Licenciado Hernando de Lerma- 
Por ante mí, Rodrigo Pereira.-

ANTECEDENTES DE LA FUNDACIÓN DE SALTA



La Fundación de Salta
Por Rafael Gutierrez
LUGAR INSALUBRE
            En una reunión celebrada el 6 de abril de 1587 se trató la necesidad de trasladar la ciudad a un emplazamiento menos insalubre, ya que el sitio estaba sitiado de ciénagas o pantanos, que el fundador había considerado de importancia estratégica para la defensa de la población, ya que funcionaban a manera de fosos que facilitaban contener el ataque de los indígenas que asediaban la ciudad permanentemente.

            El tema del traslado fue tratado nuevamente en el Cabildo Abierto de 18 de marzo de 1588, proponiéndose como nueva locación  las costas del río Vaqueros, sin embargo no se hizo lugar a la moción porque el río no tenía un caudal permanente todo el año y amenazaba con dejar a los pobladores sin agua durante el invierno.
            Finalmente prevaleció la actitud de conservar el emplazamiento ordenado por Lerma y tratar de mejorarlo con trabajos de ingeniería.
LA CAÍDA DEL DÉSPOTA
            La ciudad de Lerma se encontró durante mucho tiempo sin asistencia espiritual porque la actitud de su fundador enfrentándose con los clérigos ocasionó que ningún religioso quisiera aventurarse por sus dominios.
            Cuando estuvieron designados Fray Francisco Vázquez y Francisco Solís como administradores de la Catedral, sus prédicas molestaron al Licenciado de Lerma, quien comenzó a amenazarlos, a tal punto que los feligreses temían entrar a la iglesia. No conforme con ello mandó prenderlos, pero los clérigos se refugiaron en la Catedral acogiéndose al seguro de asilo. Por lo que el Gobernador se ensañó con los amigos de los sacerdotes dándoles cárcel.

            Finalmente las quejas llegaron a la Audiencia de Charcas, autoridad por encima de la gobernación del Tucumán que designó el 6 de noviembre de 1583 al Capitán Francisco Arévalo Briceño alguacil mayor de la Real Audiencia para que se encargara de atender las denuncias y en 1584 detuvo en Santiago del Estero al Licenciado Hernando de Lerma. El pueblo manifestó públicamente su regocijo cuando el déspota fue detenido y procesado.
            El juicio fue iniciado en Chuquisaca, pero el Licenciado apeló al Real Supremo Consejo de Indias y fue a dar a Madrid, donde fue encarcelado y murió muy pobre antes de recibir la última sentencia definitiva en su causa.
            El gobierno quedó interinamente a cargo del Capitán Alonso de Cepeda, quien se mantuvo en el cargo hasta 1586 cuando asumió el nuevo gobernador designado por el rey, Juan Ramírez de Velasco.
            En 1587, luego de cinco años sin la asistencia de los Sacramentos, la ciudad de Lerma recibió al Licenciado Pedro López de Barrasa para que se hiciese cargo de la Catedral y del consuelo espiritual de los salteños.
EL NOMBRE DE SALTA
            Debido a los procederes del Gobernador del Tucumán y Fundador de Salta, sus contemporáneos juzgaron que lo único bueno que había hecho fue acatar la orden del Virrey Toledo de fundar una nueva ciudad, pero nadie quería recordar sus abusos y ni siquiera su nombre. Ya en Documentos no muy posteriores a la destitución de Lerma, la ciudad comienza a ser llamada San Felipe el Real o Ciudad de Salta.

            El nombre del paraje, valle de Salta, era muy anterior a la fundación de la ciudad y puede provenir del nombre de los indios saltas; o salla ta “peñas-lugar”; o sagta “muy hermoso”; o sagtay “reunión de lo sobresaliente”.
            Acepciones que no se contraponen sino que enriquecen semánticamente el nombre del lugar que ha sido asiento de muchas poblaciones nativas antes de la llegada de los españoles, un lugar ubicado entre montañas, un valle hermoso que se prestó para ser reunión de importantes transacciones comerciales y hechos históricos.
OTRA VERSIÓN
            Esta terrible historia que aparentemente explica el actual nombre de la ciudad de Salta tiene sin embargo otra versión. Por esta otra historia el Licenciado don Hernando de Lerma fue uno de los pocos hombres ilustrados que llegó a las colonias, poseía un titulo universitario, era licenciado en leyes; muy diferente en eso a los aventureros segundones y otra clase de gente de dudosa reputación que pobló América.
Según algunos, don Hernando de Lerma enfrentó el poder de la Iglesia con su poder temporal porque tal vez fue un marrano, o judío converso, y trató de proteger a otros como él en suelo americano. Su conocimiento de leyes lo hizo un adversario temible, por lo que la Iglesia se confabuló en su contra creando versiones terribles sobre su persona. Las historias sobre su despotismo y herejía se difundieron entre sus contemporáneos y en las cortes de justicia hasta lograr su condena. Esas versiones fueron las que llegaron hasta nuestros días.


Origen y antecedentes de la Fundación de Salta
Por: Atilio Cornejo

1.- No se trata de un acontecimiento aislado la fundación de nuestra ciudad. En efecto, después de la expedición de Almagro a Chile - en 1536 - que siguiera las huellas del inca Tupac Yupanqui; de las de Diego de Rojas en 1543 y de Núñez de Prado en 1550 al Tucumán y de las posteriores de Francisco de Villagra (1551), Juan Pérez de Zurita (1558), Francisco de Aguirre (1553), Diego Pacheco y otros, el valle de Salta, actualmente llamado Valle de Lerma, fué considerado por las autoridades del Virreynato del Perú y de la Real Audiencia de Charcas como un punto de trascendental importancia estratégica y comercial.
Fué, sin duda, Francisco de Aguirre quién proyectó fundar una ciudad en el valle de Salta, de acuerdo a su vasto plan trazado respecto del actual territorio argentino. De ahí que el Virrey don Francisco de Toledo en los nombramientos de Gobernadores del Tucumán a favor de Gerónimo Luis de Cabrera (1571), Gonzalo de Abreu y Figueroa (1575) y Hernando de Lerma (1577) los extendiera ``con la condición de fundar una ciudad en el valle de Salta'', y en el sitio que mejor les pareciere, para contener a los indios chiriguanos y calchaquíes. El mismo Toledo autorizó a Pedro de Zárate en 1575 para fundar una ciudad `` en cualquiera de los tres valles, Salta, Jujuy o Calchaquí'', fundándola seguramente en Campo Santo, bajo el nombre de San Francisco de Alava siendo luego destruída por los salvajes. El oidor de la Audiencia, Juan Matienzo, en 1556, ya se refería al valle de Salta en su obra ``Gobierno del Perú''.
Cabrera no cumplió con su compromiso, pero fundó la ciudad de Córdoba; Abreu y Figueroa fundó dos veces la ciudad del Valle de Salta en el valle de Salta, bajo el nombre de San Clemente de la Nueva Sevilla, más o menos a la entrada de la quebrada de Escoipe, por Peñaflor, en el actual Departamento de Chicoana, según lo comprueban documentos irrefutables que obran en nuestro poder. Con anterioridad, Abreu fundó San Clemente en el valle Calchaquí, reedificando la población que en ese punto hizo Zorita en 1559 bajo el nombre de Córdoba de Calchaquí, próxima a la segunda ciudad del Barco fundada en 1551 por Núñez de Prado y más o menos cerca del actual pueblo de San Carlos. La primera fundación de Abreu en Calchaquí fué destruída por los naturales y reedificada en 1631 por el Gobernador Albornoz, bajo el nombre de N. S. de Guadalupe. La segunda y tercera, asentadas en Chicoana, también fueron destruídas.
Con anterioridad, en 1566, se echaron las bases de una ciudad en Esteco y en 1567 la mandó fundar Diego Pacheco bajo el nombre de N. S. de Talavera a 45 leguas al norte y a la misma altitud de S. del Estero. En 1592 Ramírez y Velazco fundó Madrid de las Juntas, en la unión de los ríos Piedras y Pasaje a 22 leguas de Talavera y 22 de Salta y en 1609 el Gobernador Rivera despobló Talavera y Madrid de las Juntas y pobló la ciudad de Talavera de Madrid a 3 leguas de Madrid, 25 de Talavera y 28 de Jujuy, ciudad que comunmente es conocida por Esteco, en atención al paraje o provincia en donde estaba situada y que, como es sabido fué destruída por los terremotos de 1692.
Recién en Junio de 1580 llegó Hernando de Lerma a Santiago del Estero, como gobernador del Tucumán nombrado por el Rey en noviembre de 1577, con instrucciones del Virrey Toledo y de la Audiencia, dadas en 1579 y con la ``la obligación de fundar un pueblo en Salta''.
Después de algunas expediciones, Hernando de Lerma por fin, fundó la Ciudad de San Felipe de Lerma en el Valle de Salta el 16 de Abril de 1582 y en el mismo sitio donde se halla actualmente.
En 1587 se intentó trasladarla bajo el nombre de San Felipe de la Nueva Rioja y en 1588 se trató de su mudanza al río Siancas, pero sin resultado.
Con el tiempo, se la conoce simplemente por Salta. En 1792 se la declaró capital de la Intendencia de Salta del Tucumán y después de la Revolución de Mayo pasó a ser la capital de la provincia de argentina del mismo nombre.
Bien merecen recordarse, así como a Lerma, los nombres del Virrey Toledo, de Francisco de Aguirre y de Gonzalo de Abreu, precursores de la fundación de Salta.

2.- Como se verá, el nombre de Salta existía mucho antes de su fundación y antes de la llegada de los conquistadores. No es una palabra española, sino indígena, que indicaba el nombre del lugar y, posiblemente, de una tribu. Es aventurado, entonces, afirmar en sentido absoluto cual sea el verdadero significado de la palabra Salta, como lo hicieran algunos al creer que viene de aquello de Salta para que no te ahogues (Zorroguieta; M. Solá; Zinny); o de Sagta, que hermoso! (A. L. Dávalos; B. Frías); etc., siendo en cambio un hecho comprobado que, en casi todo el norte argentino y debido seguramente a la circunstancia del arraigo de los elementos aborígenes y nativos, se conservaron los nombres de los parajes respectivos en que fueron fundadas las ciudades por los españoles y nó la denominación que les dieron sus respectivos fundadores. Tal sucede con San Felipe de Lerma en el valle de Salta; Talavera de Madrid de Esteco; San Fernando de Catamarca; San Miguel de Tucumán; San Salvador de Velazco en el valle de Jujuy; etc.

Fuente: portaldesalta.gov.ar

PUEBLOS ORIGINARIOS DEL NOA

LOS INVITO A LEER EL TEXTO A CERCA DE LOS PUEBLOS ORIGINARIOS DEL NOA ..

Primeros Pueblos Originarios del Noroeste Argentino

Los Apatamas
Este grupo indígena habitó la región conocida como la Puna y su área de influencia abarcó desde el noroeste de la provincia de Jujuy hasta el noroeste de Catamarca, comprendiendo a la provincia de Salta. Los casabindo y los cochinoa , también de la Puna, estaban relacionados con los apatamas, lo mismo que los atacamas del otro lado de la Cordillera, con quienes compartían una lengua común, el cunza .
http://www.portaldesalta.gov.ar/imagen2/apatamas.jpg
Los apatamas recibieron influencias culturales de sus vecinos diaguitas , calchaquíes , omaguacas y del Altiplano; fueron excelentes agricultores que cosechaban maíz, papa y quinoa. Estos alimentos eran almacenados en las paredes rocosas de los cerros, en los cuales practicaban unos agujeros en los que los depositaban.
Trabajaban la piedra y la madera, fabricando palas, azadones y cuchillos. Domesticaron la llama, que utilizaban como bestia de carga y de la que también obtenían carne, leche, cueros y lana. Otra de sus actividades era la explotación de las salinas, de las que extraían ladrillos de sal que luego transportaban a lomo de llama hasta los distintos poblados, en donde los trocaban por diversos productos, en especial, maíz.
http://www.portaldesalta.gov.ar/fot2009/apatamas.jpg
Al igual que los otros pueblos de la región, los apatamas aprovecharon lo que su medioambiente les ofrecía y así construyeron sus viviendas rectangulares con piedras y barro (pircas) y techo de paja, con una abertura en la parte superior como entrada, a la que se accedía por medio de escalas de madera. Es de destacar que los apatamas no poseyeron fortificaciones (pucarás) como los omaguacas .
Vestían una túnica larga hasta las rodillas, que los españoles llamaron "camiseta", de colores rojo o castaño; para combatir el frío se cubrían con una prenda de lana circular con una abertura en el centro para introducir la cabeza, llamada "poncho"; rodeaban su cintura con una faja de lana y calzaban unas sandalias de cuero llamadas "husutas" (ojotas). Se cubrían la cabeza con un gorro que tapaba también las orejas y la nuca y se adornaban con collares, alfileres, vinchas, brazaletes y pectorales confeccionados con hueso, plumas, madera y metal.
Pobres en la producción de cerámica, los apatamas desarrollaron una gran habilidad artesana en el trabajo de la madera y la calabaza.

Los Omaguacas
Los omaguacas dieron su nombre a la región conocida como Quebrada de Humahuaca, en la provincia de Jujuy. Su nombre, según fuentes españolas, significaba "cabezas de tesoro" y comprendía a una gran cantidad de tribus entre las que figuraban los purmamarca, los tilcara, los tumbaya, los maimará, lo s jujuy, los puquile, los ocloya y otros.
http://www.portaldesalta.gov.ar/imagen2/omaguacas.jpg
Lugar de paso obligado entre el Altiplano y los valles del noroeste argentino, surcado por el río Grande, esta región fue una zona de conflicto permanente, antes y después de la llegada de los españoles.
Mientras que el norte es seco y de clima puneño, el sur presenta un ambiente subtropical con abundante vegetación y lluvias regulares. El río Grande, en sus 170 kilómetros de recorrido da origen a los llamados angostos, aprovechados desde tiempos inmemoriales por los pueblos indígenas dada su feracidad.
Los omaguacas fueron principalmente agricultores de maíz y en menor proporción de papa y quinoa. Practicaban la caza del guanaco y del ñandú, la domesticación de la llama -de la que aprovechaban sus numerosos subproductos- y la recolección de la algarroba.
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Su producción ceramista (de regular calidad) presentaba la característica del fondo rojo con decoraciones en negro. Elaboraban grandes cántaros de forma redonda y los llamados "vasos-timbales" de notoria influencia altiplana.
Su actividad incluia la fabricación de armas como arcos, flechas, boleadoras y hondas; trabajaban el cobre, oro, plata y estaño. Se vestían con mantas y camisetas largas llamadas uncu; se cubrían con ponchos, usaban ojotas, vinchas, brazaletes, anillos, pectorales, etc.
Sus viviendas eran rectangulares, de piedra, con techo de paja inclinado, sin ventanas y con una sola abertura.
El carácter estratégico de la Quebrada de Humahuaca hizo de los omaguacas un pueblo militarmente preparado. Para defenderse de las invasiones diseñaron recintos fortificados de piedra, a los que denominaron pucarás y desde los cuales combatían utilizando arcos, flechas, mazas de piedra y boleadoras. Tanto incas como españoles experimentaron en su momento la resistencia omaguaca.

Los diaguitas o calchaquíes
Las parcialidades diaguitas que poblaron el noroeste argentino estaban constituidas por los calchaquíes del norte, los cacanes en el centro y los capayanes en el sur, grupos que tenían, entre sus características comunes, el uso de la lengua cacán o diaguita . Fueron los más avanzados entre los grupos que poblaron el territorio argentino y ello se debió fundamentalmente, a la poderosa influencia incaica.
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Según las fuentes hispánicas, los diaguitas eran "altos y fornidos"; vestían la típica camiseta de lana tejida adornada con coloridos motivos geométricos. Calzaban ojotas y se adornaban con vinchas, aros, prendedores, etc. confeccionados en metales como el oro, cobre (que unieron con el estaño para obtener el bronce), piedra, madera, etc.
De los incas , los diaguitas aprendieron a cultivar en terrazas, aprovechando de este modo las laderas de las montañas para producir maíz, papa, zapallo, quinoa, porotos, etc. La aridez del terreno era contrarrestada con el riego artificial, construyendo para ello excelentes canales y acequias, técnica también tomada de los incaicos.
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Practicaban la recolección de la algarroba -fruto del algarrobo-, que les servía de alimento y con la cual elaboraban bebidas alcohólicas, como la chicha y la aloja. Lograda la domesticación de la llama, aprovecharon al máximo lo producido por este animal, que constituia una parte importante de la economía diaguita.
Las fuentes españolas mencionan la belicosidad de los diaguitas, agrupados en tribus cuyos nombres han perdurado en la toponimia local: pulares, tolombones, cahis, chicoanos, aimachas, quilmes, hualfines, luracatos , etc. quienes opusieron una tenaz resistencia a la dominación hispánica, conviertiendo en leyenda los nombres de caudillos como Viltipoco, Juan Calchaquí, Pedro Colca, Pedro Chumay, Coronilla, Ultimpa, Chalemín, Luis Enríquez y Martín Iquín , este último, curaca (jefe) de los quilmes , que pagaron cara su derrota al ser deportados en masa hacia lo que hoy es la provincia de Buenos Aires, dando un penoso origen a la actual localidad que lleva su nombre.

Hermanos de lengua de los calchaquíes , los capayanes habitaron las provincias de La Rioja y San Juan, en una región comprendida entre aquéllos, al norte y los huarpes , hacia el sur, entre los valles de Famatina, Sanagasta y Yacampís surcados por los ríos Colorado y Jáchal.
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Pueblo de agricultores, el capayán consumía maíz, zapallo y quínoa que cultivaban en campos irrigados artificialmente por medio de canales y acequias. Esta tecnología evidencia la influencia incaica, como así también su vestimenta, la producción de tejidos de lana de llama y guanaco, la metalurgia del cobre y oro. A los capayanes se atribuye el estilo cerámico de Sanagasta o Angualasto caracterizado por sus decoraciones geométricas en negro sobre fondo rojizo.
Pese a que el estudio de los distintos grupos indígenas de la Argentina nos obliga a contextualizarlos dentro de un área geográfica delimitada, ello nos puede llevar a la falsa creencia de que nos encontramos frente a culturas fijas en el tiempo y el espacio. Nada más lejos de la verdad, pues hay que reconocer que en tiempos prehispánicos la gran movilidad de pueblos era evidente. Ejemplo de ello fueron los lules , agrupación de cazadores-recolectores llegados en tiempos remotos desde el Amazonas brasileño a la región occidental del bosque chaqueño. Desde allí, estos belicosos nómadas tomaron contacto con pueblos sedentarios de cultura andina en la zona de Santiago del Estero y Tucumán, como los tonocotés, a los que hostigaban y saqueaban frecuentemente. Según fuentes españolas, los lules practicaban la antropofagia y de no ser por la conquista hispana "...hubieran acabado con los tonocotés..." afirmaba el padre Barzana.
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De gran talla y esbeltos, los lules se alimentaban preferentemente de los productos de la caza y la pesca, complementando esta actividad con la recolección de la algarroba y miel de abejas silvestres. Utilizaban arco, flechas, macanas y dardos arrojadizos. Habitualmente desnudos, solían cubrirse con plumas de ñandúes, por lo que los españoles llamaron "juríes" a estos indios en sus primeras crónicas del siglo XVI, ya que esta palabra provendría del quichua xurí , nombre con el que los pueblos andinos designaban a esas aves corredoras.
Por su parte, los vilelas , vecinos de los lules y culturalmente emparentados, se diferenciaban de éstos en que habían adquirido hábitos sedentarios, con una agricultura incipiente y cría de animales. De costumbres más pacíficas, gustaban de la música y la danza.
Habitantes del centro-sur de la provincia de Santiago del Estero, estos indígenas tenían -al igual que lules y vilelas - un ancestral origen amazónico, pero estaban fuertemente influenciados por las culturas de origen andino del oeste. Sedentarios y agricultores, los tonocotés se concentraron principalmente entre los ríos Dulce y Salado, limitando al sur con los sanavirones , al oeste con los calchaquíes y al norte y este con los dominios de los belicosos lules.
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Cultivaban maíz, zapallo y porotos en terrenos anegadizos próximos a los ríos, los cuales, después de las crecidas, depositaban allí una capa de fértil cieno.
Sus viviendas circulares de ramas y barro presentaban la característica de estar edificadas sobre lomadas artificales conocidas como túmulos o mounds , agrupadas en aldeas rodeadas con empalizadas, para protegerse del ataque de los lules y otras tribus del monte chaqueño.
Evidencia de su lejano origen amazónico está dado por ciertas prácticas de caza, como el uso de dardos emponzoñados y la costumbre de velar a sus muertos y guardar sus huesos en cántaros de barro.
Fuente: http://ar.geocities.com/damiancardozo/noa3.htm


http://www.portaldesalta.gov.ar/primeros.htm

SALTA Y SU ARQUITECTURA

Miren los dos videos acerca de la historia de  Salta.  Para facilitar la búsqueda pueden ingresar  al siguiente link: https://www.youtube.co...